Hoy mi mente me lleva a todos esos sitios donde he vivido, aquellos donde las conexiones que hice se han vuelto parte de mi vida y sobre todo las experiencias que me han permitido entender mis propios pensamientos y dejarlos salir sin miedo... aunque de eso aún sigo aprendiendo.
Mi vida "nómada" comenzó cuando decidí estudiar la Universidad en una Ciudad 4 horas lejos de mis padres, Cd. Victoria, Tamaulipas (México), la Capital de mi Estado.
Me mudaría a vivir con mi hermana mayor, quien se había instalado un año atrás por su carrera también. El primer día que llegue a ese pequeño cuarto que mis padres pagaban estaba muy emocionada de salirme de casa, todo el camino iba sonriendo por dentro y mi mente no se detenía pensando solo en lo magnifica que seria mi vida desde el primer momento ahí. Ese día mi hermana no nos acompañaba porque ella seguía de vacaciones mientras yo comenzaba mi curso introductorio.
Llegando a nuestro destino, mis padres estaban muy nerviosos y comenzaban a contagiarme, solo se quedaron al rededor de media hora porque tenían que regresar ese mismo día a casa, cuando se despidieron de mi no podía controlar mis lagrimas y el miedo se apodero de mi, me despedí de ellos llorando sin parar al igual que mi mamá, al cerrar la puerta el pequeño cuarto se veía enorme, podía escuchar el ruido de los vecinos o los autos que pasaban por ahí, pero aun así me sentía sola.
De pronto cada movimiento o sonido me parecía peligroso, después de un rato me quede dormida.
Primer día de curso, lista, emocionada y viva todavía... lo primero que vi cuando salí, fueron arboles tirados en la calle, cielo nublado y al parecer sin electricidad en la escuela, que estaba solo a 5 min de mi casa, seguí mi camino hasta encontrar mi salón, donde encontré a una amiga también de mi Ciudad de origen, después de algunas platicas nos dimos cuenta que la noche anterior había pasado un pequeño huracán, o no tan pequeño porque derrumbo varios arboles, nadie tenia electricidad y por supuesto algunos sitios perdieron ventanas. Así comenzó mi aventura en mi nueva Ciudad, distraída, pero viva.
La Universidad fue esta etapa donde la escuela se volvió importante no solo por mis padres, sino que era algo que realmente me interesaba, algo que disfrutaba. El aprender cada día una materia distinta me hacia querer dedicarme a todo, aunque acepto que también me volví rebelde en el aspecto de no entrar a ciertas clases o llegar tarde, inventar excusas, asistir con resaca o aún ebria, aunque eso fue ya en el ultimo año, después de haber sido casi un angel sin tomar casi nada de alcohol, esa transición la vivió mi etapa de universidad.
Me enamore perdidamente de un profesos que hasta el momento sigue siendo el hombre de mis sueños, esa persona inteligente, seria, ordenada, interesante, y también coqueta en un aspecto muy oculto (o tal vez eso yo solo lo quería creer).
Conecte con una amistad muy diferente a lo que normalmente me rodeaba, era el malo del salón, de la escuela, incluso de la Ciudad, ese niño que siempre salia con mujeres bonitas y sexys, que cada noche podía irse con quien quisiera, alguien que consumía algunas drogas pero que al mismo tiempo era muy inteligente y callado en el salon de clases. Me hice su amiga y creo que tuvimos una bonita conexión, claro, hasta el punto en el que ocultamente esperaba que algún día me pidiera ser su novia y no solo me invitara a consumir drogas o que no solo me propusiera besarme con el por el simple hecho de que soy mujer, el hombre y listo. Por cierto nunca sucedió nada eso, lo mas cercano a algo físico o romántico, fue el ir al cine juntos y tomarnos de la mano, de ahí no pasamos ni al beso inocente, solo vimos la película, que por cierto era incomodo verla con el ya que tenia escenas con mucha pasión, y ese no era el problema, sino que estar a su lado, no sabia como actuar.
En esta etapa me di cuenta el valor de la responsabilidad financiera, justo viviendo sola los primeros días, gaste el dinero que me habían dado mis padres, me quede sin comida, solo tenia arroz y algunos vegetales, no podía ni siquiera pagar un bus para ir al centro, trate de guardar los últimos pesos para algo realmente importante en caso de necesitarlos, fue desesperante y aunque siempre supe que no era rica, fue ahí donde me di cuenta el valor que tenia cada centavo que mis padres podían darme, tenia que cuidarlo mas, ser inteligente gastando... debo admitir que aún es uno de los talentos con los que no cuento, pero intento manejarlo mejor.
Otra de las anécdotas inolvidables como universitaria fue cuando mi hermana y yo gastamos todo el dinero que mi papá envió para pagar renta, comida y servicios básicos... no podíamos solo hacer una llamada pidiendo mas dinero, estábamos preocupadas.. después del estrés, llego la idea millonaria de vender nuestra ropa en un bazar, una de nuestras mejores amigas se unió porque pasaba por la misma situación, así que un sábado por la mañana, muy temprano decidimos despertar y cada una con su maleta grande comenzó a caminar, si caminando porque no teníamos auto ni dinero para pagar un taxi, entonces llegamos a nuestro destino y a Dios gracias, todo estaba sucediendo de la forma que esperamos, aún mejor, el dinero que recaudamos fue mas del que necesitábamos, entonces sentimos ese suspiro de película en el que tu misión fue cumplida, ya podíamos sonreír. Decidimos convertirlo en negocio, seguimos haciéndolo por algunos fines de semana, eso nos ayudaba a tener dinero para diversion, mientras nuestro closet cada día se veía mas vacío.
No puedo dejar de pensar en las personas que fueron parte especial en mi vida, las cuales no podría contar con los dedos de mis manos, siempre me ha gustado tener muchos amigos, y la idea en que todos pudiéramos convivir en paz, sin grupos, solamente reunirte con todos y sentirte parte de ahí. Esa no es la idea que todos tienen en mente, así que yo trataba de acercarme a los diferentes grupos que existían en mi salon de clases. Pero sin duda, las conexiones mas fuertes que hice siguen siendo parte de mi vida, aún cuando ya no podemos frecuentarnos debido a la gran distancia que nos separa, aunque claro por lo menos en nuestras redes sociales podemos estar al tanto de lo que sucede en nuestras vidas. Gracias tecnología.
Esto va a sonar un poco extraño por la época en la que vivimos, sin embargo, el haber crecido en una pequeña ciudad y siendo parte activa de la comunidad católica, el tema de la homosexualidad seguía siendo en cierta forma nuevo para mi, por el hecho de que solo escuchaba sobre ello por medio de television. Comenzando a estudiar en una Ciudad grande, ya era algo que podías ver en espacios públicos, y para mi al principio era algo que me llamaba la atención, y no juzgaba, solamente me parecía extraño.
Ciencias de la Comunicación es una carrera en la que la mayoría de los alumnos son mujeres, y de los hombres que son parte de ella, la mitad son gays (esa era mi percepción). Ahí fue cuando mi corazón comenzó a partirse muchas veces, en distintas ocasiones, conocía a algún chico que me parecía interesante y cuando les comentaba a mis amigos sobre el, no paraban de reír porque siempre me enamoraba de alguien que no estaba a mi alcance porque tenia inclinación hacia otros gustos.
Haciendo énfasis en el tema educativo, que es el principal propósito de ir a la Universidad, debo decir que me convertí en una alumna dedicada, me preocupaba realmente el hecho de tener buenas calificaciones y aprender lo mas que pudiera, mas que preocuparme, me emocionaba, no es mentira cuando digo que cada que comenzaba una nueva materia, me gustaba tanto que decía querer dedicarme a ello, y así mis deseos laborales se iban expandiendo, así que internamente decidí que al graduarme buscaría la manera de trabajar en todos los ámbitos posibles que mi carrera me ofreció, hasta hoy, he podido trabajar en televisión, radio, relaciones publicas, y fotografía... aún sigo intentando crecer profesionalmente, aunque ahora buscando también la manera de conocer distintos lugares, pero eso lo dejare para otro post.
Ser alumna foránea me dio las herramientas para sobrevivir en este mundo donde no siempre las personas son buenas, donde también puedes hacer conexiones con quien menos esperas, el miedo a estar sola ha desaparecido, las ganas de salir adelante son las que siguen manteniendo mis sueños, y lo mas importante ha sido el no detenerme por ningún comentario o critica...
La Universidad fue una de esas etapas en vida que tienen muchas memorias, no terminaría nunca de escribir sobre ello, entonces creo por el momento dejare de escribir, y mas adelante seguiré contando con detalles, algunas experiencias inolvidables que siguen haciendo palpitar fuerte a mi corazón.
Vuelvo pronto!
Comments
Post a Comment